“Lo Positivo: Es un lugar muy agradable, el decorado es muy propio del lugar, realmente muy acogedor. El área de comida tiene una estética muy linda, es amplia y el buffet es variado, con ricas opciones de alimentos y bebidas. Puedes encontrar tanto leche de soya como agua de coco como alternativas a la leche y el café. El personal es sumamente amable, es lo mejor del hotel en sí mismo; desde que llegas hay un recibimiento con la mejor de las actitudes que te hace sentir bien acogido. Si tienes dudas o requieres ayuda puedes con facilidad acercarte a recepción y su buen trato y disposición contribuyen a no tener recelo de solicitar algun dato. Me ayudaron a contactar a un amigo por teléfono, me autorizaron a tomar fotos por todo el lugar e hicimos una muy amena platica al momento de marcharnos del hotel, regalandonos recuerdos del mismo.El baño es placentero.La zona está cerca de una parada del tranvía, por lo que puedes tomarlo para ir y venir. la zona del hotel es segura aunque está un poco alejada de las zonas de interés.En el restaurante del hotel tienen unas empanadas increíblemente deliciosas, rayos, quisiera una ahora mismo, no sé de que eran, tenían gusto a comida china, pero eran de 10!Lo negativo (quiza): Dependiendo del tipo de persona que seas, lo negativo sería la habitación en sí misma, aunque las áreas circundantes y pasillos tengan su encanto, la habitación se ve aprecia muy incompleta. no hay un guardarropa o closet en cual guardar tu ropa, sólo hay unos 3 ganchos colocados en clavos en la pared. la luz es muy tenue, dependiendo de la habitación o edificio que te toque habrá variaciones respecto a su configuración.Los muebles son de huacales, un poco hispter/minimalista para mi en armonía con el precio.Me parece que las habitaciones dobles están en el mismo edificio de recepción, y las habitaciones para una persona estan en el edificio frontal, cruzando la calle, que fue en el que me quedé.En el del edificio de recepción hay hamacas fuera de los cuartos y buena entrada de luz de día, aunque unas habitaciones tienen trancadas las ventanas, por lo que no pueden abrirse ni ventilarse.En el edificio frontal, por lo menos en mi cuarto sí puede abrirse la ventana, lo cuales muy importante ya que tanto el edificio como la habitación es muy oscura.Pero volvería si tuviese la opción la misma zona.”

“Mama Shelter is a small artsy hotel with uniquely designed rooms in Santa Teresa up the hill. Getting there from Rio central by foot is definitely doable (and should be done at least once), but be aware it's quite exhausting. Getting there by car, however is definitely a bumpy ride.The lady checking us in was very friendly and made us feel at home immediately. We very much appreciated her helpful recommendations and enjoyed the nice chats.Our room (104) was very spacious and individually designed. We liked fact that there were two showers and two wash basins, even though all of them did run off very slowly. The bed was super comfortable. The complimentary waters in the room were very appreciated. The window shutters (in order to get any light in the room) need getting used to, however they perfectly fit the style of the hotel.As for breakfast: the selection was quite small compared to other Accor hotels, however the food seemed prepared with love (e.g. freshly baked bread, juices out of glass bottles with handwritten labels). We feel that is a perfect match to the style and the target guest group the hotel is aiming for.The breakfast room is also used as a restaurant and visited by locals as well. We enjoyed it once in the evening. The area with deck chairs and showers for sunbathing, a foosball table and ping pong and the multiple seating areas throughout the premises created a very cozy atmosphere enabling interactions with other guests. We liked the word plays with "Mama" and the gift shop, we even bought a "Yo Mama" shirt.We did enjoy the Accor loyalty recognition through a room upgrade, welcome cookies and welcome drinks at the restaurant and felt safe and valued throughout our stay.”